Una de las decisiones que más estrés ocasiona entre los jóvenes tiene que ver con su futuro académico.

Existen cientos de opciones, así que probablemente no tengas claro qué camino tomar. Tómate tu tiempo y responde a estas preguntas:

1. CONÓCETE A TI MISMO

¿Tu sueño es ser guionista de televisión? ¿Te gustaría estudiar criminología pero no tienes ni idea de por dónde empezar? Antes de elegir qué quieres estudiar, piensa en las cosas que mejor te definen como persona… Seguramente, son las que te hacen más feliz.

Descubre qué te motiva y con qué actividades te sientes más a gusto. Para conseguirlo, te proponemos completar nuestro test vocacional. Una divertida herramienta de orientación con la que te conocerás un poco más.

2. ESTUDIA EL MERCADO DE TRABAJO

Descubre qué profesiones tienen más empleabilidad dentro de tu área de interés. Elige estratégicamente, pero siempre siendo fiel a tu personalidad. De lo contrario, elegirás un camino que poco o nada tiene que ver contigo.

Aprovecha inteligentemente tu tiempo libre para conocerte un poco mejor. Ofrécete como voluntario en una ONG. Trabaja ocasionalmente en el sector por el que te sientes más atraído y no desprecies ningún empleo por humilde o simple que parezca. Aunque ahora no lo veas claro, te servirá para formarte como trabajador y como persona.

3. NO TE QUEDES AISLADO. CONECTA CON OTRAS PERSONAS

Habla con profesionales que trabajan en tu sector de interés. Haz una pasantía en un despacho de abogados, ofrécete como voluntario en la asociación de vecinos de tu barrio o estrénate como pinche de cocina en un restaurante.

Contacta con universidades que ofrecen jornadas de puertas abiertas. A través del buscador Universia, descubrirás las titulaciones que más se adaptan a tus objetivos profesionales.

4. Y SI TODAVÍA NO LO TIENES CLARO…

Visita la sección de orientación vocacional de las universidades. Acude a charlas o talleres impartidos por profesionales del sector. Encontrarás una aproximación realista y motivadora del mundo laboral real.